jueves, 22 de enero de 2009

reencuentros

A lo largo de nuestra vida hay mucha gente con la que tomamos contacto. Unos llegan y se quedan. Otros llegan y se van. Algunos se quedan menos de lo que tú querrías. A otros estás deseando perderlos de vista. Algunos de los que se van caen en el olvido. A otros los recuerdas con frecuencia. A muchos de estos les pierdes la pista sin saber ni cómo ni por qué, simplemente pasa, supongo, porque cada vez tenemos más responsabilidades y cosas en la cabeza y al final el círculo se cierra.

Pues bien, esta semana yo he reencontrado a gente que se me perdió en el camino, pero a los que he recordado durante todos estos años con muchísimo cariño. Muchas veces me he preguntado qué sería de sus vidas y de vez en cuando me llegaba algún detalle a través de otros amigos más cercanos.

Durante cuatro años ellos fueron mis compañeros de fatiguitas, las orejas que escuchaban mis agobios en los exámenes, los ojos que me miraban cuando contaba que había conocido a alguien especial la última noche que salimos de copas, los chicos y chicas con los que hice trabajos y prácticas de profesores locos, estudié en la biblioteca y comí las pizzas de la facultad.

Delia, Mari Carmen, Sonsoles, Francis, Evita, Salvi… me alegro de haberos “visto” y de haber “hablado” con vosotros. Me alegro de haberos reencontrado.

Espero cumplir dos deseos: no perderos de vista durante tanto tiempo y seguir reencontrando a viejos amigos.

Me he reído muchísimo.

Un beso.

lunes, 19 de enero de 2009

propósitos de año nuevo

Hace ya casi veinte días que empezó el año nuevo y aún no había escrito nada en mi blog. El comienzo de un año siempre está cargado de buenos propósitos: dejaré de fumar, iré al gimnasio, leeré más, buscaré más tiempo para mí, mantendré el blog actualizado… Al final, para no cumplir a rajatabla cada uno de estos propósitos buscamos una justificación lógica que solemos contarle a alguien escuchándonos a nosotros mismos para que no nos recuerde aquello que prometimos con tanta seguridad que haríamos después de las navidades.

Pues bien, yo sí he cumplido algunos de mis propósitos: tengo más tiempo para mí (por circunstancias de la vida), he dejado de fumar (hace casi tres meses y también por circunstancias de la vida) y he vuelto a reencontrarme con el placer de leerme un libro (Las nueve revelaciones) junto a la ventana de mi casa por la que entra el sol después de comer. El único propósito de año nuevo que aún no he cumplido es el de escribir más veces en mi blog. Y no es precisamente por que no se me ocurran cosas que contar o decir porque cuando por las noches cierro los ojos escribo en mi pensamiento mil y una historias que podría plasmar con letras en cualquier lugar. Afortunadamente para mí y para mi existencia ahora tengo mucho tiempo para pensar en esas cosas, en mis cosas.

Hay días en los que me entra el pánico por no tener “nada” que hacer en un futuro inmediato, sin embargo, cuando pienso en frío y razonadamente en ello me doy cuenta de que tengo la suerte de poder pararme a pensar en las cosas que me gustan, en lo que soy, en los lugares hacia los que voy, en donde quiero estar, a donde quiero llegar. Y eso es un pequeño privilegio que hay que aprovechar e invertir, por ejemplo, en los propósitos del año nuevo.