lunes, 29 de diciembre de 2008

hombres y mujeres

El sábado por la noche Jesús y yo fuimos a cenar a casa de Javi y Maite. David y Jenny también vinieron. Después de un mes sin vernos y telefonearnos esporádicamente hablamos de todo. En alguna ocasión, incluso, nos interrumpíamos para participar en la conversación mientras tomábamos un vino exquisito. Éramos muchos y teníamos muchas cosas que decir. Hablamos de todo: música, periodismo (son gajes del mejor oficio del mundo), política y, cómo no, de nosotros, de los hombres y las mujeres. Eterno tema en el que nunca nos ponemos ni nos pondremos de acuerdo.

Debo reconocer que, a pesar de que mis amigos y sus parejas hablaban de no haber tenido la mejor de sus semanas de convivencia, me fui de la cena aliviada por los gestos y palabras que cada uno expresó a su forma. Me volví un poco egoísta y me alegré por no ser la única que piensa que las relaciones entre hombres y mujeres son muy difíciles en determinadas ocasiones. Para mí que es la primera vez que tengo una es todo un mundo por explorar.

Siempre he pensado que las relaciones de pareja de mis amigos eran idílicas, maravillosas, de esas que nos venden el cine y la literatura y que hacen tanto daño cuando te enfrentas a una en la vida real. Me lo demostraba a mí misma el tiempo que llevan juntos algunos de ellos (¡hasta 11 años!). Está claro que me equivocaba, que todos nos enfadamos, que cuantos más años tenemos más queremos hacer prevalecer nuestros propio criterio por encima del de la otra persona y que, como dice mi amiga Elvira, “cada uno es de su padre y de su madre, y eso es para siempre”. ¡Ay, Elvira! ¡Cuántas veces he pensado en esa frase sentenciadora!.

Cada uno de nosotros tenemos nuestro mundo, nuestra condición, nuestra educación familiar… y al final, es lógico que todo eso influya a la hora de entablar relaciones personales y, por supuesto, en la convivencia. Sin embargo, aunque esa cena me sirvió para ver un poco la luz, aún no he llegado a una conclusión de nada. Sólo he podido averiguar que es difícil, que es normal. Y algo más importante: que el amor es necesario para mover el motor de nuestras vidas. Tanto de hombres como de mujeres.

4 comentarios:

  1. Pero no te olvides de que hay muchos tipos de amor, y yo defiendo la opción de vivir sin amor de pareja. Seguro que hay mucha gente mayor, sin pareja, que tiene su parcela de amor cubierta y es feliz. No será ni mejor ni peor, será diferente y tendrá sus pros y sus contras.
    Ainsss, Aran, qué rápido te has pasado al bando de los emparejados. ¡Me has abandonado y me veo criando yo sola a la china!

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  2. Por supuesto, ya sabes que yo también soy una defensora del amor sin pareja, pero hablaba de las relaciones hombres y mujeres, no del amor en sí, en este caso en el ámbito de la pareja. Fuera de la pareja los hombres y las mujeres también me parecen muy diferentes, creo que pensamos distinto en cosas esenciales porque sentimos de manera diferente. Eterna discusión, ¿verdad?.
    Espero que sigas participando. Muack.

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  3. Seguro que cuando Javi lea tu blog y los comentarios dirá: "Esto me recuerda al Diario de Elena Francis" (jajaja).

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  4. Niñas!!! Ya veo que necesitais una conversacion urgente con la eterna emparejada, jajaja.
    Me encantan vuestros blogs.
    Os echo de menos!!!
    Elvirita

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