domingo, 22 de agosto de 2010

decidir

Ayer por la noche encontré una libreta que había perdido en una de mis múltiples mudanzas. Últimamente las mudanzas son lo mio y aún tengo cosas desperdigadas por ahí, cosas que a fin de cuentas no me hacen falta y que creo que nunca necesité, ya que no las he echado de menos en ningún momento.

La libreta en cuestión tenía anotadas fechas, estados de ánimo y pensamientos de diversa índole, pero todos ellos me llevaron a una misma conclusión: ¡cómo es posible que una persona cambie tanto el rumbo en tan poco tiempo! Leí sus pequeñas hojas borrosas varias veces y, afortunadamente, no me reconocía. Sentí que había dado un paso de gigante y que todo lo que estaba escrito sonaba a cien años luz, lejos, muy lejos del punto en el que vivo hoy. Fue toda una satisfacción comprobar que me propuse levantarme de una derrota y estoy consiguiendo ganar la batalla.

Empecé entonces a pensar en todas las cosas que habían pasado en el último año. Muchos acontecimientos de vértigo, momentos para no aburrirse, días para escribir una novela… nada se ha parecido a una tarde de domingo en el sofá. Me acordé de todas las personas que he encontrado estos meses atrás y me vino a la cabeza algo sobre lo que hablaba el otro día con un amigo: “lo mejor del camino son las personas que conoces”. Y es cierto.

Personas que antes eran unas auténticas desconocidas son ya parte de mí y lo serán siempre por formar parte de mi aprendizaje y de las cosas que admiro. Y no puede ser de otra manera porque, si de algo estoy segura, es que por muchas vueltas que des, te vas a topar con lo que te toca vivir, y esto siempre será lo más adecuado para que el aprendizaje personal no decaiga ni un segundo.

Sí, en realidad nada ha cambiado, pero yo sí he cambiado y eso me hace verlo todo diferente. Ellos han aportado luz a mi travesía y de cada uno he aprendido algo muy importante: valor, fuerza, amor, pasión, experiencia, sabiduría, entusiasmo, fe, alegría, confianza, liderazgo, motivación, compasión, honestidad, coraje… sólo por eso, no me queda más que dar gracias a la vida por dejarme sentir lo que soy y entender que detrás de cada acontecimiento hay una decisión firme sobre la que se basa todo lo que ocurre a continuación.

Nunca nadie dará un paso por nosotros. Todo lo que decidimos es responsabilidad propia, por eso decidir es muy importante, puesto que de ahí derivarán los acontecimientos venideros. No se trata sólo de saber jugar, sino de saber barajar todas las cartas que tenemos en las manos para que siempre tengamos la oportunidad de ganar. Si nos lo proponemos, así será.



-¿Dónde estás Dan?
-Aquí.
-¿Qué hora es?
-Ahora.
-¿Qué eres?
-Este momento.

"El guerrero pacífico".

No hay comentarios:

Publicar un comentario